domingo, 27 de diciembre de 2015

122 Aniversario del nacimiento del camarada Mao: "el marxismo leninismo hasta sus últimas consecuencias"



Con el acertado e ilustrativo verso del poeta salvadoreño Roque Dalton, "el marximo leninismo hasta sus últimas consecuencias", la Red de Blogs Comunistas quiere  homenajear al camarada Mao Tse Tung en el 122 Aniversario de su Nacimiento. Por ello, damos la palabra al gran poeta comunista centroamericano para que nos recuerde al que fue "como una antorcha obrera que levantó hasta el cielo las llamaradas de la pradera campesina, hasta volver rojo al sol".

Roque Dalton, Poema a Mao Tse Tung

Mao Tse Tung llevó
el marxismo-leninismo hasta sus últimas consecuencias
por lo menos en un aspecto fundamental:
el de construir la alianza obrero-campesina
en el seno de la guerra del pueblo
y tomar así el poder.

Siguiendo a Lenin, definió el pueblo, ubicó
las clases y las capas sociales que formaban el pueblo
y localizó así al enemigo nacional interno, apoyo
de los imperialistas extranjeros.
Y en el seno del pueblo distinguió las dos fuerzas:
la fuerza principal y la fuerza dirigente.

La fuerza dirigente era la clase obrera
que se contaba por cientos de miles
y la fuerza principal el campesinado
que se contaba por centenas de millones.
La fuerza dirigente no era suficientemente poderosa
para tomar por sí sola el poder
y la fuerza principal
no podía dirigir por sí sola su poderío.

Algunos que querían tomar del leninismo sólo las apariencias
creían que bastaría con que la fuerza dirigente copara las ciudades,
los “centros nerviosos del país”,
con huelgas y demostraciones que progresaran paulatinamente
hacia la insurrección.

Eso significaba en los hechos mantener separada
a la fuerza dirigente de la fuerza principal,
tomando en cuenta la vasta extensión planetaria de China.

Hubo grandes matanzas a causa de esta concepción.
La clase obrera china fue masacrada y no sólo simbólicamente
en Shanghai y otras grandes ciudades.

Mao Tse Tung sacó al leninismo de la trampa de las ciudades
y en las cabezas y los pechos y los brazos de los obreros
y en las cabezas y la boca y las manos de los intelectuales
y en las organizaciones del partido:
se llevó la fuerza dirigente
hacia el corazón –fortaleza inexpugnable– de la fuerza principal,
las masas trabajadoras del campo.
Y nos enseñó, asimismo, que en la época del imperialismo agresor
esta tarea es desde el inicio una tarea
que en uno u otro sentido
necesita la garantía de las armas.

Así el Partido Comunista de China,
el partido de la clase obrera,
pudo unir a los trabajadores del campo
para la gran guerra del pueblo, la doble guerra del pueblo:
la guerra contra la invasión imperialista japonesa
y la guerra contra las clases dominantes chinas
y sus lacayos comunes,
los militaristas de la explotación encabezados
por el sangriento Chiang Kai Chek;
la guerra por la liberación nacional
y la guerra por la nueva democracia
que abrió el camino del socialismo.

Así entró el leninismo
al mundo de los países colonizados y neocolonizados:
atravesando ríos y desiertos en la Larga Marcha hacia el norte,
oliendo a sangre y pólvora,
sufriendo el hambre y la sed,
descalzo y harapiento pero con el fusil relumbrante
(“el poder nace del fusil pero el fusil es dirigido por el partido”)
dibujando a pincel en ideogramas bajo la luz de las lámparas de aceite:
bajo la lluvia y la nieve y el sol implacables,
como una antorcha obrera que levantó hasta el cielo
las llamaradas de la pradera campesina,
hasta volver rojo al sol.

Roque Dalton (Poema a Mao Tse Tung, en "Un Libro Rojo para Lenin")

Comunicado de RBC: El imperialismo francés, en horas bajas

EL IMPERIALISMO FRANCÉS, EN HORAS BAJAS

Los atentados acaecidos en París el pasado viernes 13 de noviembre han dejado al descubierto todas las flaquezas de la otrora grandeur imperial francesa.

La composición del grupo que llevó a cabo los ataques, constituido en su mayoría por jóvenes franceses nacidos en el Hexágono, echa por tierra mitos profundamente arraigados en el imaginario francés posterior a la II Guerra Mundial, tales como la cohesión social, la sociedad de acogida, su carácter integrador de las minorías o la escuela pública laica. De hecho, el 13-N, como antes el asalto a la redacción de Charlie Hebdo, o, remontándonos algo más en el tiempo, los levantamientos en lasbanlieux de las principales ciudades del país, han sacado a la luz la existencia de un sector de población de origen principalmente –aunque no sólo– emigrante, religión musulmana y extracción obrera, que reconoce abiertamente al Estado burgués y a su modelo social como su enemigo declarado, y que, además, está dispuesto a hacerle frente.

No es de extrañar que los voceros de la reacción francesa y de toda Europa hayan cargado contra el Islam y los emigrantes procedentes de países árabes tras los atentados de París. Se puede trazar, sin género de duda, un paralelismo histórico entre la utilización por el fascismo, durante el periodo de entreguerras, de la ideología antisemita como instrumento de cohesión y movilización de la pequeña burguesía desclasada y en proceso de proletarización, con el empleo de la islamofobia en la actualidad. Es la misma clase burguesa en crisis, de los mismos países imperialistas, cargando con argumentos análogos de raza y credo contra grupos sociales excluidos por razones semejantes de clase y cultura.

Que recientemente el sionista Netanyahu haya exculpado o atenuado la responsabilidad histórica de Hitler en el Holocausto, atribuyéndosela, siquiera en parte, al entonces muftí de Jerusalén, o que Bernard Henri Lévy, rábula internacional de toda causa imperialista, identifique fascismo e Islam –“fascislamismo” es el término que él emplea– muestra hasta qué punto la satanización de la religión musulmana y de los árabes forma parte consustancial de la política global imperialista de nuestros días, tanto en casa como en los patios traseros.

Es más, por seguir con las analogías históricas entre los “demócratas” de hoy y los nazifascistas de ayer, siervos todos del capital: de igual modo que la muerte en París en noviembre de 1938 del diplomático alemán Ernst vom Rath a manos del judío Herschel Grynszpan fue el clavo ardiendo a que se asió la bestia fascista para desencadenar la “Noche de los cristales rotos”, en que fueron asesinados decenas de judíos alemanes, los recientes atentados en la capital francesa son la espuria excusa con que justificar un nuevo giro de tuerca a la política de agresión permanente del imperialismo contra el mundo árabo-islámico.

Y decimos “espuria excusa” no ya sólo porque la injerencia y la agresión sean rasgos inseparables del imperialismo, no ya sólo porque éste sea el enésimo pretexto con que justificar el desencadenamiento de una guerra internacional –ayer eran las “armas de destrucción masiva”, la “falta de respeto a los derechos humanos”; antes fueron la “protección de minorías”, el “impago de deudas”, etc.–, sino porque, en este caso concreto, además, la firma de los atentados de París está estampada con la viscosa tinta del imperialismo francés.

El gobierno imperialista francés ha sido el principal artífice, por delante incluso de los EEUU, de la destrucción del Estado sirio, como antes lo fue de Libia, como antes aún, en los años 90, lo había sido, indirectamente, de Argelia, a cuyo gobierno acusaba de violar les droits de l’homme mientras el país se desangraba, día a día, entre atentados brutales contra la población civil…

El gobierno imperialista francés es el único responsable –en este caso con el criminal beneplácito de la “izquierda” francesa– de la desarticulación ideológica de la juventud de su país, en especial, de los sectores potencialmente más proclives, por su posición de clase, a conformar un movimiento obrero revolucionario.

El gobierno imperialista francés cooperó activamente, incluso con la sangrienta complicidad de sus servicios de inteligencia –recordemos el asesinato, también en París, en 1965, del gran Mehdi Ben Barka–, en la destrucción de los movimientos marxistas árabes por medio de la propagación del oscurantismo religioso en los sistemas educativos y en la vida civil de países “amigos de Francia”, como el Marruecos de Hassan II o el Túnez de Ben Ali.

El gobierno imperialista francés mantiene relaciones diplomáticas plenas y excelentes relaciones económicas con países identificados como promotores ideológicos y financiadores del llamado “yihadismo”, a saber, Arabia Saudí y Qatar. El gobierno imperialista francés es, igualmente, socio y aliado en la banda OTAN de Turquía, acusado también de apoyar al mencionado movimiento “yihadista”.

La gran burguesía francesa ha llenado sus bolsillos con la explotación de la misma mano de obra barata emigrante a la que ahora pretende criminalizar.

Las lágrimas del cocodrilo imperialista francés no deben confundir a nadie: son el testimonio de su bancarrota más absoluta: bancarrota de su política exterior, bancarrota de sus servicios de inteligencia, bancarrota de su sistema sociopolítico y económico, bancarrota, en fin, que la burguesía francesa pretende ahora disimular tras el fragor de las explosiones y las nubes de polvo de las bombas, viejos y archiconocidos enredosdel imperialismo asesino.

¡Vosotros, imperialistas, sois los terroristas!

***

La Red de Blogs Comunistas (RBC) no apoya acciones armadas como las que tuvieron lugar en París el 13 de noviembre de 2015, pues rechaza de plano cualquier tipo de agresión contra la población civil, indefensa e inerme.

Las amplias masas populares árabes deben tomar conciencia clara de que el oscurantismo religioso jamás liberará al mundo árabe del yugo imperialista, causa de su actual postración, y que la vía hacia la auténtica independencia de las naciones árabo-islámicas pasa por ganarse la solidaridad y el apoyo de todos los pueblos oprimidos del mundo y no por concepciones religiosas inspiradas por lacayos del imperialismo.

Los sectores más avanzados de las masas populares árabes deben estudiar y difundir entre la juventud la brillante historia del movimiento progresista en el mundo árabo-islámico, con especial atención a los movimientos de inspiración marxista, que fueron su punta de lanza.

Ese estudio no debe estar exento de crítica; antes al contrario, a fin de que pueda servir eficazmente de guía para la acción, debe enriquecerse con los avances de la ciencia marxista que se produjeron a partir de los años 60 del pasado siglo para, de ese modo, poder articular frentes antiimperialistas en todas las naciones árabo-islámicas.

La juventud francesa y, en especial, los obreros musulmanes franceses, no pueden abrir brechas con sus hermanos de clase no-musulmanes, pues el enemigo burgués es el mismo para ambos.

En la lucha por el socialismo y por la superación de la explotación capitalista, los trabajadores musulmanes y no-musulmanes deben ir hombro con hombro, teniendo siempre presente que la religión, cualquiera que ésta sea, no puede erigirse en obstáculo que retrase, limite o impida el combate contra el capital.

¡Ni guerra entre los pueblos, ni paz entre las clases!

RBC: 137 Aniversario del nacimiento del camarada Stalin


miércoles, 16 de diciembre de 2015

RBC: "¡Estudiar, estudiar, estudiar!"

¡ESTUDIAR, ESTUDIAR, ESTUDIAR!1

Uno de los problemas más graves que afectan al movimiento comunista en los países occidentales es la profunda incultura de sus militantes y simpatizantes, que afecta no sólo a sus conocimientos de marxismo, por lo general muy endebles, sino a lo que podríamos llamar formación cultural básica.

Era inevitable que al decretar “el fin de la historia”, la burguesía impusiera una suerte de retorno a la caverna, a la “caverna posthistórica”, por emplear una añeja y certera imagen de Pío Baroja. Era igualmente inevitable que el proceso de destrucción de la cultura que, como una voraz avalancha de fango y excrementos, ha desatado la burguesía posthistórica o ahistórica –y en la que ella misma ha decidido zambullirse–, arrastrara también a amplias masas populares…

¿Y los comunistas?... ¿Dónde están los comunistas ante todo esto?

Los comunistas deberíamos haber tomado conciencia clara de que la destrucción de la cultura es no sólo el suicidio de la clase burguesa, sino, sobre todo, el modo en que ésta suicida al sujeto revolucionario y con él la posibilidad de revolución. En cierta manera, la culminación de ese proceso es la imagen invertida y pervertida del comunismo: ¡La más amplia incultura y el más tenebroso oscurantismo, sin distinción de clases! ¡La desaparición de las clases por vía de la eliminación de lo más excelso que la humanidad ha producido!

Por el contrario, muchos “comunistas”, haciendo caso omiso de las reiteradas palabras de Lenin2, despreciando la gloriosa historia de superación individual y de clase que es la historia del movimiento obrero, se han subido alegremente al carro de la barbarie burguesa y, así, en sus “escritos”, no es infrecuente encontrar continuas faltas de ortografía y errores morfológicos y sintácticos que a uno le hacen pensar si sus autores no creerán que “socialismo” y “solecismo” son la misma cosa. Han asumido, ¡conscientemente!, todas las memeces de la dogmática feminista –archiburguesa, por supuesto– sobre el lenguaje y la cultura, olvidando lo que decía Stalin en sus textos de lingüística sobre la relación entre ambas instancias y engendrando folletos ilegibles, que escupen contra el habla limpia y llana del pueblo, que jamás han escuchado, porque no se oye por televisión.

Para redondear el disparate, algunos de estos “comunistas” llevan a gala, con indisimulado orgullo, estar instalados en el fondo de un pozo de ignorancia –prueba, creerán, de su inquebrantable apego a la clase trabajadora–, calificando de “burgués” a quien ose llamar su atención sobre el hecho de que ciertas letras se junten de otro modo…

Las consecuencias ideológicas inmediatas de este despropósito, ajeno por completo a cualquier planteamiento marxista mínimamente serio y a la historia del movimiento comunista, son, entre otras, el sectarismo, disimulado como fidelidad a los principios; las teorías conspirativas, que se hacen pasar por profundidad de análisis; el eclecticismo, en que resulta el inocente propósito de “enriquecer” o “actualizar” el marxismo –del que se sabe poco, muy poco, necesario es decirlo– con engendros como el animalismo, las orientaciones de “género”, las homofilias y el resto de la sarta de embelecos con que nos entretienen los fabricantes de “cultura” del capital; el relativismo, el individualismo, etc.

A medio y largo plazo, la falta de tensión cultural en las filas comunistas constituye un obstáculo insalvable para la construcción del Partido y para llevar a cabo la misión revolucionaria de transformar la sociedad capitalista en sociedad socialista.

En los distintos contingentes comunistas debe cundir la idea del rearme cultural como instrumento insoslayable de combate contra quienes pretenden enterrar a la humanidad toda en la fosa de la ignorancia y la barbarie. Corresponde a la vanguardia del proletariado izar la bandera de la cultura, herramienta esencial para la construcción de un mundo nuevo y un hombre nuevo.

Por ello, la Red de Blogs Comunistas (RBC) recuerda que no debemos ni un instante la consigna de Marx, hoy más necesaria y vigente que nunca:

¡ESTUDIAR, ESTUDIAR, ESTUDIAR!


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1 Consigna revolucionaria de Marx.
2 “Para ser comunista, hay que haber enriquecido la memoria mediante el conocimiento de todas las riquezas que ha elaborado la humanidad”; “(…) cometerías un gran error si sacaseis en conclusión que se puede ser comunista sin haber asimilado los conocimientos que el hombre ha acumulado. Sería erróneo pensar que basta asimilar las consignas comunistas, sin asimilar la suma de los conocimientos de los cuales el propio comunismo es consecuencia”; “(…) no se puede edificar una cultura proletaria sin un conocimiento exacto de la cultura creada por todo el desarrollo de la humanidad (…)”; “Uno de los más graves errores que puede cometer un marxista es el de pensar que los muchos millones de seres humanos que forman las masas populares (sobre todo las masas de campesinos y artesanos), condenados por la sociedad contemporánea a permanecer en el oscurantismo, en la ignorancia y llenas de prejuicios, sólo pueden salir de la oscuridad por la vía directa de la instrucción puramente marxista”; “El marxismo (…) lejos de rechazar las conquistas más importantes de la época burguesa, ha asimilado, transformándolo por el contrario, todo lo que había de valioso en el desarrollo más de dos veces milenario del pensamiento y de la cultura humanas”; “Si el estudio del comunismo consistiera únicamente en asimilar lo que se ha expuesto en las obras, libros y folletos comunistas, sería demasiado fácil formar exégetas comunistas o fanfarrones; y esto nos resultaría muy a menudo nocivo, perjudicial (…)”; etc., etc.

Comunicado de RBC ante las elecciones del 20D en España: NI UN VOTO COMUNISTA ANTE LA PRÓXIMA FARSA ELECTORAL

NI UN VOTO COMUNISTA ANTE LA PRÓXIMA FARSA ELECTORAL

1.- Las llamadas elecciones “democráticas” no son más que un mecanismo de autolegitimación mediante el cual el régimen capitalista pretende prolongar sine die la dictadura de la clase burguesa.

lenin democracia2.- La participación de siglas reformistas, progresistas, “anticapitalistas” o “comunistas”, en las mascaradas electorales de la burguesía no sólo contribuye al único propósito por el que, en realidad, se celebran éstas –legitimar políticamente el sistema de explotación capitalista–, sino que también coadyuva a inculcar en las masas populares la idea errónea y en extremo perniciosa de laimposibilidad de superar los límites políticos, económicos, culturales, etc., que constituyen en sí mismos la dictadura burguesa. Dicha idea es la antítesis de la lucha de clases, entendida no sólo como motor de desarrollo histórico, sino –¡y ante todo!– como combate por el poder.

3.- Los partidos políticos que se presentan a las elecciones blandiendo un mensaje reformista, progresista, incluso “anticapitalista” o “comunista”, son un síntoma al mismo tiempo de la debilidad y de la fortaleza del movimiento obrero. Debilidad, porque en plena crisis capitalista, la burguesía no ha necesitado hasta la fecha organizarse políticamente bajo la forma de dictadura terrorista abierta, lo que indica que, a corto plazo, no ve en peligro su posición como clase dominante. Y fortaleza, pues al calificar en sus medios de propaganda como “antisistema” el soez oportunismo de grupos como Podemos, IU, Bildu, etc., la burguesía demuestra hasta qué punto su dictadura sigue necesitando el embeleco socialdemócrata de siempre para aherrojar a la clase obrera en el círculo diabólico de la esperanza-desilusión-desmovilización.

4.- Las llamadas elecciones “democráticas” son el terreno que la burguesía trata de imponer a la clase obrera para el combate político, a sabiendas de que allí, en ese campo de batalla elegido por ella, cuenta con la completa seguridad de aniquilar sistemáticamente a la clase trabajadora. De ahí el afán de la propaganda burguesa por presentar sus farsas electorales como un escenario de confrontación política neutral, abierto a todos en igualdad de condiciones y en el que “todo es posible”.

5.- La experiencia histórica demuestra que las victorias electorales de la clase obrera sobre la burguesía han estado siempre precedidas de una intensa lucha de clases, al calor de la cual se ha forjado un movimiento obrero pujante y combativo. No se ha dado, sin embargo, ni un solo caso histórico en el que de un proceso electoral organizado por la burguesía haya surgido un movimiento obrero semejante, capaz de transformar en sociedad socialista una sociedad capitalista.

6.- En las escasas ocasiones en que, por vía electoral, fuerzas revolucionarias representantes de la clase obrera han llegado al “poder”, la burguesía ha llevado la confrontación al terreno de la política cruenta, es decir, al terreno de la guerra ode la más amplia represión. O lo que es lo mismo, visto desde otra perspectiva: El poder –entendido como dictadura de una clase sobre otra– no nace de las elecciones, ni siquiera de las victorias electorales.

7.- Por todo ello, la Red de Blogs Comunistas (RBC) exhorta a todos los comunistas a no participar con su voto en la próxima farsa electoral. Como bien sabe la burguesía, que no ceja en su ofensiva –algo de lo que debería adquirir conciencia clara la clase trabajadora–, el poder sólo se toma mediante la lucha, la lucha de clases organizada por el Partido, y ningún paripé electoral va a cambiar el estado de las cosas, ni para los que ejercen la dictadura ni para los que la padecemos.

8.- Por último, la RBC quiere recordar aquí las palabras de Carlos Marx en las que dejaba nítidamente claro que “el poder político” no es más que la violencia organizada de una clase para la opresión de otra”, y que, como puntualizó Mao Tse-Tung, “el poder nace del fúsil”. La clase obrera no debe resignarse a someterse a las reglas del juego impuestas por la clase dominante, sino que debe pasar a la ofensiva, que es el único camino que lleva a la toma del poder y hacia su liberación.



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